El U-35 es aún hoy día el submarino con mayores éxitos logrados de todos los tiempos. Hundió nada menos que 224 barcos, que sumaban 535.000 toneladas, la mayoría de ellos a las órdenes de Lotear von Arnauld de la Periere.
El 12 de noviembre de 1915, el submarino alemán U-35 volvía a su base avanzada en el puerto de Cattaro, por aquel entonces en manos austro-húngaras. Su comandante, Kopahnel, a lo largo de un mes de travesía por el Mediterráneo oriental, había hundido 19.000 toneladas de registro bruto de buques. Pero a pesar de esta circunstancia se le eligió para mandar la recién reparada base de Pola, y le relevó un desconocido con un pasado inverosímil: Lotear Eugen George Von Arnauld de la Periere, que aún no había cumplido los 30 años.
Tras una breve reparación, el U-35 zarpó el 20 de febrero de 1916 para operar contra Malta y Creta. Su primer blanco, el 26 de febrero, fue un buque auxiliar francés Providence II, donde perecieron la mitad de los 1800 hombres a bordo. El hundimiento se realizó por sorpresa, saliendo a la superficie y utilizando el cañón de 102 mm de cubierta. El 29 de febrero se emplearon 4 torpedos (Los submarinos alemanes de la Gran Guerra, tipo U-19, solo podían llevar 6), para hundir la corbeta británica HMS Primula.
Posteriormente, Von Arnauld hundiría el transporte británico de 13.540 toneladas.
Tras una reparación de defecto en sus maquinas, el U-35 apareció en junio de 1916 en el Mediterráneo Oriental. Entre el 10 y el 24 de ese mes hundió 40 barcos, la mayoría pequeños cargueros franceses e italianos que sumaban en total 57.000 toneladas.
El 26 de Junio zarpó de nuevo a la misma zona, en la que llegaría a ser la patrulla de submarinos que produjo más provecho a lo largo de la guerra. En 25 días destruyó 54 barcos, hasta alcanzar un total de 90.000 toneladas de registro bruto (trb), todos ellos atacados en superficie por el U-35. Von Arnauld corrió considerables riesgos al atenerse a las normas. Así el 14 de agosto, al hundir no menos de once barcos pequeños mercantes italianos al norte de Córcega, fue asaltado por otros once barcos antisubmarinos franceses. Entonces comenzó la cacería de submarino, al que se le pusieron buques de señuelo, como el italiano Citta de Sassari, pero el submarino logró escapar, logrando además hundir con un torpedo al crucero francés Waldeck-Rousseau.
En su siguiente patrulla dio cuenta de 22 buques de unas 70.000 trb.