Excmo. Sr. D. Mariano Gil de Bernabé,
Coronel de Artillería y Director de la Academia de Artillería de Segovia
Fundador de las Milicias Universitarias
Muchos de nosotros, y en alguna ocasión, nos hemos preguntado, cuando y porqué, surgen las Milicias Universitarias. Como Presidente de la Asociación de Veteranos de la Milicia Universitaria del Ejército de Tierra de España, he pedido a uno de nuestros compañeros, a un gran hombre y excelente oficial, que nos haga una pequeña narración, de la que puede llamarse nuestra historia.
Es por este motivo, por lo que JOSE IGNACIO RIPOL DE CHURRUCA, Teniente de Infantería de Marina de la E.C., nos lo cuenta.
LAS MILICIAS UNIVERSITARIAS
Nacieron como nacen muchas cosas, es decir cuando se conjugan dos fuerzas; un caso de fuerza mayor y de extrema necesidad y una persona clarividente que ve la ocasión y saca de la nada un potencial, que estaba allí, esperando a que alguien lo descubriera, para cubrir el vació que había provocado esa urgencia.
La situación de extrema necesidad fue el estallido de la Guerra de la Independencia, y consecuentemente las tremendas bajas que se producían en el ejército profesional en los cuadros de oficiales a niveles de alféreces y tenientes. De otra parte el personaje clarividente que vio la manera de cubrir estos vacíos, fue el Coronel de Artillería y Director de la Academia de Segovia, Gil de Bernabé. La cantera que Gil de Bernabé utilizó para cubrir estas bajas en los cuadros profesionales fueron los estudiantes universitarios, cuya preparación intelectual les hacia aptos para asimilar rápidamente y, después de un curso acelerado, los deberes en combate de un oficial.
Tres fueron las fuentes con que contó nuestro Coronel. Primero, los alumnos de la Universidad de Toledo que ante el peligro eminente de que la ciudad cayera en manos de los franceses salieron a pie con sus profesores al frente, con destino a Sevilla, ciudad todavía no ocupada, donde se encuadraron en lo que se llamó el Batallón Literario. Segundo, los Maestrantes de Ronda, buenos jinetes y hábiles en el manejo de la espada y finalmente los cadetes de Segovia que habían seguido a su Coronel y que estamos seguros, por su preparación, encontraron rápido acomodo en el Ejercito del Sur.
Gil de Bernabé con la fuerza de este capital humano presenta un proyecto a la Junta de Defensa en Cádiz cuyo párrafo mas sobresaliente es el que dice textualmente: "Utilizar como cantera los 15.000 estudiantes de bachiller, licenciados, doctores y aun catedráticos para poder sacar con los mismos no solo unos 8.000 oficiales subalternos, si no incluso jefes y hasta generales"
La Marina ofreció las instalaciones de su Academia Naval de San Fernando para formar la que se llamo' "Nacional y patriótica Academia Militar". En ella se formaron oficiales de infantería, caballería, artilleros e ingenieros.
La Academia una vez levantado el sitio de Cádiz fue languideciendo. Como suele decirse nadie se acuerda de Santa Bárbara cuando cesa de tronar. Quedó definitivamente clausurada en Granada, a donde se trasladó, en 1.823.
A partir de esta fecha ya nadie se volvió a acordar del tema hasta que por R.O. del 29-VII-l.918 se creó la figura del oficial de complemento, debido a los excelentes resultados que los graduados civiles habían dado a los ejércitos beligerantes durante la Guerra Europea (1.914-1.918). La mayoría de los españoles que adoptaron este sistema para hacer el servicio militar y graduarse de alféreces, tenían el privilegio de elegir Arma y Regimiento y además hacerlo en la ciudad, que lo era de su domicilio.
Durante la Guerra Civil se crearon en ambos frentes Academias para la formación de alféreces, que en la zona nacional, recibieron la graduación a titulo provisional, con el fin de que al terminar la contienda perdieran su "Status". La estrella no iba cosida en la bocamanga, si no sobre un tafetán negro que se ponía en el lado izquierdo de la guerrera y sobre el corazón.
En 1.940 se promulga la creación, por ley, de las Milicias Universitarias a la que tenían acceso:" Todos los estudiantes mayores de 18 años que cursen estudios en las diferentes facultades, Escuelas Técnicas y cualquier otro centro docente que otorgue títulos de carácter superior debidamente reconocidos". La primera promoción de tierra salió en 1.942, la de Marina en 1.944 y la de Aviación en 1.948. En 1.972 este servicio sufre una reestructuración iniciándose el periodo IMEC (Instrucción Militar para la formación de las Escalas de Complemento) y ya mucho más recientemente la última reforma vino en llamarse SEFOCUMA (Servicio de formación de cuadros de mando) donde ya solo unos pocos, previamente seleccionados por su expediente académico, tenían el privilegio de llegar a alféreces en aquellas Armas para las que habían demostrado por sus estudios una mayor aptitud y encontrado acomodo en los cupos asignados para poder servir en Tierra, Mar o Aire.
Desde 1.992 España pertenece a la CIOR y a la CIOMR, siglas que esconden a la Confederación Interaliada de Oficiales de la Reserva y la de Médicos de la Reserva. Se reúnen dos veces al año, una en, Bruselas en invierno y otra por turno rotatorio entre las naciones miembros. Este año (2.001) se han reunido en España: Madrid y Toledo. En la primera las sesiones de trabajo tuvieron lugar en el CESEDEN y en la segunda en la Academia de Infantería donde las jóvenes promociones realizaron sus Competiciones Militares. En total vinieron 1.114 congresistas entre Generales, Jefes y Oficiales de 30 Naciones europeas y americanas.
La llegada de los Ejércitos Profesionales ha borrado de un plumazo burocrático toda posibilidad de servir a la patria en la doble vertiente Civil y Militar, convirtiéndose en dobles ciudadanos - Twice a Citizen - como nos llamaba nada menos que Winston Churchill.
La Ley que acaba de promulgarse y que regulará las futuras fuerzas de la Reserva, no deja ningún resquicio para poder, como en otras naciones del Mundo Occidental, ser Oficial, trabajando como civil, pudiendo promocionarse en su variante militar, mediante cursos o prácticas, que el Estado incentiva para que las empresas puedan, prescindir de sus colaboradores durante cortos periodos de tiempo, durante los cuales puedan dedicarlos a su segunda vertiente, que me atrevería a calificar de apasionada. Para ello quizá nos hubiese hecho falta la figura de un Gil de Bernabé; pero personajes de esta talla ya se sabe, que son irrepetibles. Si alguna vez alguno de vosotros visita Cádiz, no dejéis de daros una vuelta por San Fernando y entrar en el Panteón de Marinos ilustres, porque en este Santuario, está enterrado y duerme su sueño eterno nuestro creador y por especial privilegio de nuestra Marina de Guerra. Estoy seguro que cada vez que un oficial de complemento le visita y le ofrece sus respetos se da cuenta que sus esfuerzos no fueron baldíos y que encontrareis en él toda la ayuda que desde el Mas Allá os pueda rendir.
Fuente: AMUETE