domingo, 25 de marzo de 2018

«La muerte no es el final», el himno a los caídos que compuso un sacerdote vasco


Cesáreo Gabaráin Azurmendi, nacido en Hernani, fue el autor musical de casi 500 canciones litúrgicas, entre ellas «Pescador de hombres», y logró un Disco de Oro




En todos los actos que celebran las Fuerzas Armadas Españolaspara homenajear a sus soldados caídos se entona una canción de contenido cristiano cuyo letra alcanza su punto álgido en el fragmento que reza «cuando la pena nos alcanza/ por el hermano perdido,/ cuando el adiós dolorido....». Un himno que también es empleado en el ámbito civil para actos fúnebres y que suena a la entrada del féretro en el templo.

El autor de la canción es el sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991), que la compuso a la muerte de Juan Pedro, un organista de su parroquia que falleció con 17 años. Sin embargo, fue en el año 1981 cuando el teniente general José María Sáenz de Tejada la escuchó en el transcurso de un funeral y la propuso para el traslado de la tradicional corona de laurel hasta la cruz en los ceremoniales militares de homenaje a los Caídos. A su vez, el compositor Tomás Asiain, vinculado a himnos militares, se encargó de la versión definitiva para destino castrense. «La muerte no es el final» fue instrumentada y armonizada para banda de música y coro.

Cesáreo Gabaráin Azurmendi, nacido en Hernani, comenzó a componer en 1966 durante su estancia en el Colegio Chamberí de los Hermanos Maristas de Madrid. En 1980 fue nombrado coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, en la misma ciudad, y responsable de formación religiosa en el Colegio San Fernando. Hasta su muerte en 1991, cuando iba a cumplir 55 años, Gabaráin compuso casi 500 obras, entre las que destaca la mundialmente conocida «Pescador de hombres» («Tú has venido a la orilla...»).

Entre sus reconocimientos a nivel internacional se encuentra el nombramiento de Prelado Capellán de su Santidad por parte de Juan Pablo II y la concesión de un Disco de Oro por una de sus obras religiosas. Además, Gabaráin era conocido como el cura de los ciclistas, poseía el título de entrenador de baloncesto y era amigo de muchas personalidades del mundo del deporte.


Pincha en la bandera para escucharlo.




Fuente: abc.es